Durante un tiempo, todo es
caótico y no encontramos un atisbo de luz en tan largo túnel, pero con el
tiempo, la incesante perseverancia y la enorme necesidad que nos invita a
ser pacientes, logramos entender qué ocurre y cómo debemos abordar y afrontar
nuestro día a día.
Podemos pasarnos horas, días,
meses e incluso años sin encontrar una respuesta, perdiendo el tiempo mientras nos estancamos una y otra vez, pero también
podemos salir adelante, pensando en positivo, centrándonos en los pequeños placeres de
la vida, valorando a las personas y los buenos momentos que nos hacen más fácil
y superable nuestro caminar.
Detalles como una sonrisa, una
palmada en el hombro, una frase bondadosa, un gesto de complicidad, un guiño de
una buena amiga o amigo, una sorpresa, un buen consejo o un nuevo
descubrimiento con el que enriquecer nuestro día a día. Detalles que pasan
desapercibidos, que entendemos como algo cotidiano, casi rozando la nimiedad,
cuando todos sabemos que lo importante en esta vida son los buenos gestos
diarios, sencillos y bondadosos, con los que la gente y la vida nos sonríen a
cada paso que damos.
Muchas veces nos perdemos y nos
olvidamos de ello, pero si no entendemos esto y recuperamos el
rumbo de nuestras vidas, no entenderemos nada de lo que ocurre a nuestro
alrededor.
Sonriámosle al mundo, pese a
estar tristes, porque llegará el día en el que olvidemos qué era lo que antes
nos apenaba, para encontrarnos frente a un espejo con esa enorme sonrisa que
decidimos no perder y que nos recordará que de las penas sí quisimos
desprendernos, mientras que de la sonrisa, la esperanza y la felicidad, nunca lo hicimos ni lo haremos.
Me ha encantado!
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte, leer y comentar :-))
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